La ingeniería genética bien usada ha abierto nuevos horizontes en el campo de la agricultura que podría revolucionar el aspecto de la alimentación mundial.
Se busca una resistencia de las cosechas contra pestes, enfermedades, y condiciones climáticas desfavorables.
También se ha buscado mejorar la textura, sabor y valor nutricional de ciertos alimentos, haciéndolos más atractivos para el público.
Se trata cada vez con más énfasis , aumentar el rendimiento por hectárea, lo que significa un mejor uso de la tierra. También se han visto beneficiados aspectos de postcosecha como la duración del fruto y su mayor facilidad de traslado.
Con la resistencia de estos productos a pestes y enfermedades, estamos hablando de un menor uso de herbicidas, insecticidas y otros químicos.
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